Los frutos secos tienen un interesante perfil nutricional, aunque el consumo de frutos secos en los países mediterráneos es poco significativo. Mantienen ingestas superiores los vegetarianos, sobre todo en el caso de los vegetarianos estrictos, ellos pueden llegar a consumir 90 gramos diarios.
Constituyen los frutos secos uno de los alimentos más densos en energía, son muy nutritivos y aportan grasas cardiosaludables, proteínas, escasos hidratos de carbono, así como fibra, vitaminas, minerales y sustancias bioactivas como antioxidantes y fitoesteroles. Este interesante perfil nutricional ha llevado a reconocer los amplios beneficios para la salud del consumo regular de frutos secos.
Las dietas que incluyen frutos secos son además de más saludables, las que tienen efectos antiinflamatorios y anticancerígenos, ésta es más limitada, pues los estudios realizados en las dos últimas décadas sólo han examinado tres tipos de tumores y los beneficios parecen limitarse a las mujeres.
Pero también es cierto que, varios estudios recientes desmienten el papel de los frutos secos en la ganancia de peso y en la promoción de la obesidad, a menudo se suelen restringir por su aporte calórico.
Un estudio recién publicado en la revista "American Journal of Clinical Nutrition", realizado por investigadores del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (EE.UU.), evaluó la ingesta diaria de frutos secos y los subsiguientes cambios de peso entre los años 1991 y 1999. Éste se ha convertido en uno de los pocos trabajos que evalúan la asociación a largo plazo entre el consumo de frutos secos y los cambios de peso corporal.
Los resultados de este estudio sugieren que incorporar frutos secos en la alimentación no conduce a un aumento de peso y que, incluso, podría ayudar a su control. La clave está, en parte, en el consumo razonable.
Constituyen los frutos secos uno de los alimentos más densos en energía, son muy nutritivos y aportan grasas cardiosaludables, proteínas, escasos hidratos de carbono, así como fibra, vitaminas, minerales y sustancias bioactivas como antioxidantes y fitoesteroles. Este interesante perfil nutricional ha llevado a reconocer los amplios beneficios para la salud del consumo regular de frutos secos.
Las dietas que incluyen frutos secos son además de más saludables, las que tienen efectos antiinflamatorios y anticancerígenos, ésta es más limitada, pues los estudios realizados en las dos últimas décadas sólo han examinado tres tipos de tumores y los beneficios parecen limitarse a las mujeres.
Pero también es cierto que, varios estudios recientes desmienten el papel de los frutos secos en la ganancia de peso y en la promoción de la obesidad, a menudo se suelen restringir por su aporte calórico.
Un estudio recién publicado en la revista "American Journal of Clinical Nutrition", realizado por investigadores del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (EE.UU.), evaluó la ingesta diaria de frutos secos y los subsiguientes cambios de peso entre los años 1991 y 1999. Éste se ha convertido en uno de los pocos trabajos que evalúan la asociación a largo plazo entre el consumo de frutos secos y los cambios de peso corporal.
Los resultados de este estudio sugieren que incorporar frutos secos en la alimentación no conduce a un aumento de peso y que, incluso, podría ayudar a su control. La clave está, en parte, en el consumo razonable.
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