Todo nos sentimos un poco nerviosos cuando una abeja o una avispa revolotean a nuestro alrededor. Nadie sabe cuáles son las intenciones, se debe tener en cuenta que, sólo atacan cuando se les molesta, se sienten en peligro o intentan defender su panal o colmena; pero no es menos cierto que es difícil controlar nuestras reacciones.
Las picaduras son más comunes en primavera y verano, cuando hay más polen y las avispas están más activas.
Los niños son quienes suelen ser los más afectados, normalmente en los pies y las manos.
Los himenópteros, insectos, presentan un temible aguijón en el último segmento de su abdomen. Excepto la abeja, el resto de insectos del grupo retienen el aguijón y pueden picar repetidamente. Su veneno, eficaz mecanismo de defensa, puede dar lugar a reacciones alérgicas, aunque puede resultar mortal en individuos hipersensibilizados ante dichas sustancias químicas.
La reacción a las picaduras de insectos es muy variable. En general los efectos más graves suelen producirse en picaduras de cabeza, cara y cuello.
No olvidemos que, la reacción habitual de una picadura es un dolor intenso en el momento, con la formación de una pápula (levantamiento rojizo de la piel con un punto central donde actuó el insecto). Puede haber edema progresivo en las 24 horas siguientes.
Puede observarse por tanto una pápula indolora pasajera o un dolor quemante difuso intenso junto con picor, quemazón, y dolor de cabeza.
A veces urticaria, inflamación y enrojecimiento. A nivel muscular puede llegar a observarse debilidad, espasmo, contracturas o parálisis.
En casos graves insuficiencia respiratoria, dificultad en la deglución, parálisis ocular, fiebre, náuseas, alteraciones de la frecuencia y el ritmo cardíaco y hasta puede llegar al shock.
Si posteriormente aparece urticaria, mareo o un cólico es necesario acudir urgentemente al médico porque podría tratarse de una persona alérgica a este tipo de insectos.
- Inflamación del tobillo o muñeca, si la picadura es en una extremidad.
- Dificultad para tragar y/o respirar.
- Vómitos, náuseas, diarrea.
Las picaduras son más comunes en primavera y verano, cuando hay más polen y las avispas están más activas.
Los niños son quienes suelen ser los más afectados, normalmente en los pies y las manos.
Los himenópteros, insectos, presentan un temible aguijón en el último segmento de su abdomen. Excepto la abeja, el resto de insectos del grupo retienen el aguijón y pueden picar repetidamente. Su veneno, eficaz mecanismo de defensa, puede dar lugar a reacciones alérgicas, aunque puede resultar mortal en individuos hipersensibilizados ante dichas sustancias químicas.
¿Cuáles son los síntomas de estas picaduras?
Las manifestaciones suelen ser locales a un shock alérgico de aparición inmediata, o reacciones retardadas que pueden aparecer 10-14 días después de la picadura.La reacción a las picaduras de insectos es muy variable. En general los efectos más graves suelen producirse en picaduras de cabeza, cara y cuello.
No olvidemos que, la reacción habitual de una picadura es un dolor intenso en el momento, con la formación de una pápula (levantamiento rojizo de la piel con un punto central donde actuó el insecto). Puede haber edema progresivo en las 24 horas siguientes.
Puede observarse por tanto una pápula indolora pasajera o un dolor quemante difuso intenso junto con picor, quemazón, y dolor de cabeza.
A veces urticaria, inflamación y enrojecimiento. A nivel muscular puede llegar a observarse debilidad, espasmo, contracturas o parálisis.
En casos graves insuficiencia respiratoria, dificultad en la deglución, parálisis ocular, fiebre, náuseas, alteraciones de la frecuencia y el ritmo cardíaco y hasta puede llegar al shock.
¿Cómo tratar estas picaduras?
Extracción del aguijón en caso de que haya quedado retenido, y siempre que sea posible; así como el lavado de la herida con agua y jabón. Si posteriormente aparece urticaria, mareo o un cólico es necesario acudir urgentemente al médico porque podría tratarse de una persona alérgica a este tipo de insectos.
¿Cuando acudir a un servicio de urgencias?
Hinchazón progresiva por más de 24 horas.- Inflamación del tobillo o muñeca, si la picadura es en una extremidad.
- Dificultad para tragar y/o respirar.
- Vómitos, náuseas, diarrea.
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