El cabo Hopkins repartía las cartas con la izquierda, no sabía que le miraban a través del cristal, él acostumbraba hacer prácticas para fortalecer el lado que siempre fue más flojo.
A toque de bocina, las dejaba el viejo cartero, encima de un saliente a la entrada del pabellón amarillo. Resultaba complicado que alguien se hiciera cargo de semejante mochila, pesaba igual que un saco enorme de patatas.
Miren E. Palacios
Bilbao, 11 de mayo de 2013
A toque de bocina, las dejaba el viejo cartero, encima de un saliente a la entrada del pabellón amarillo. Resultaba complicado que alguien se hiciera cargo de semejante mochila, pesaba igual que un saco enorme de patatas.
Miren E. Palacios
Bilbao, 11 de mayo de 2013
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