Los síntomas que nos indican que el azúcar está alto: exceso de sed, picores (especialmente en la zona genital en la mujer), aumento del apetito, orinar mucha cantidad, y adelgazar comiendo más. Ante esto es el médico el que debe diagnosticar con un análisis de sangre y en ayunas, donde se mida la glucemia.
El tratamiento consta siempre de tres partes:
Tipo de vida, Alimentación y Medicación
- Tipo de vida: el ejercicio físico, con paseos puede ser suficiente. Con el ejercicio, las células consumen más glucosa, por lo que disminuye la concentración de glucosa en sangre. Es necesario hacer ejercicio de forma regular, sin cambios bruscos, programarlo siempre a la misma hora y con una intensidad similar, para que no se produzcan en la sangre cambios bruscos de las cifras de glucosa; se hará igual con la insulina.
Para evitar complicaciones durante el ejercicio es recomendable llevar siempre caramelos azucarados que se tomarán en cuanto aparezcan mareos por disminución de la glucosa.
- Alimentación: el médico deberá adaptarla a cada caso. En general, es suficiente con restringir los azúcares como los dulces, pan, y limitar las calorías a las necesarias, con una alimentación variada y sin exceso de grasas animales. Es aconsejable evitar la ingesta de alcohol.
Si hay obesidad, el objetivo será disminuir peso, ya que con frecuencia la disminución de un 10 a un 15% del peso permite la disminución e incluso la supresión de la medicación.
- Medicación: Consiste en insulina (inyectada) o antidiabéticos orales (en comprimidos), según cada caso. Los antidiabéticos orales son el primer escalón y son prescritos en las formas más leves de diabetes, que son las más habituales en las personas mayores.
La complicación más frecuente y temida de la diabetes son las hipoglucemias (baja de la glucosa en sangre por debajo de 60 mg). Comer menos o realizar ejercicio tras haber tomado la medicación son las causas más frecuentes de la hipoglucemia. Los síntomas que aparecen son sudación fría, mareos, y, al final, la pérdida del conocimiento. Debe de tomarse un vaso de zumo azucarado ante la mínima sospecha de que esto está sucediendo. Al mismo tiempo se debe avisar al médico, especialmente si el tratamiento consistía en antidiabéticos orales, cuyas hipoglucemias son más graves (o se repiten en las horas siguientes) y suele obligar al ingreso hospitalario.
Con el paso del tiempo, y si no se ha seguido un buen control, otras complicaciones que pueden aparecer son: enfermedades vasculares (infarto de miocardio, trombosis cerebral y obstrucción de las arterias de las piernas). Alteraciones de los ojos, como enfermedades en la retina, que son la causa de un tercio de las cegueras en la persona mayor. Daño renal, impotencia y alteraciones de los nervios (hormigueos, calambres), etc.
Por último otra complicación de especial relevancia en las personas mayores con diabetes es la aparición de problemas en los pies, el llamado pie diabético. Si por cualquier razón aparece una herida, una llaga, ésta resulta muy difícil de curar porque la circulación, debido al azúcar en la sangre, está dañada, por lo que con frecuencia se complica con una infección, e incluso una gangrena (muerte de los tejidos) que puede terminar en amputación.
¿Qué se puede hacer para prevenir el pie diabético cuando la persona es dependiente?
- Evitar rozaduras con el uso de zapatos adecuados, ni justos ni grandes. Utilizar siempre calcetines.
- No cortar las uñas en exceso, sobre todo las de los dedos gordos.
- Ante callosidades u otras anomalías o dudas de los pies, acudir al podólogo.
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