martes, 22 de enero de 2013

Monologo: ¡¡La medicación de hoy!!!!!

He ido al médico y me ha fastidiado el día.
¡Pues no me ha dicho que no tengo nada! ¿Qué sabrá él?
Va el tío y me dice que no tengo que tomar ningún medicamento, que
estoy sanísimo...
¡Pues claro que estoy sanísimo! ¡Porque tomo medicamentos!

A mí es que los medicamentos me dan mucha seguridad. ¿A ustedes no les
parecen una maravilla?
Son lo más parecido a un milagro: tú te tomas una pastilla... ¡y se te
quita el dolor de cabeza!
Ella se toma otra... ¡y ya no se queda embarazada!
¡Y tú te tomas otra... y se te pone dura!

No me dirán que esto no es un milagro...
¿Cómo sabe una Aspirina así de pequeña, a qué parte del cuerpo tiene que ir?
Te tomas una Aspirina, llega al estómago...
- Buenaaasss, ¿es aquí el dolor?
- No, eso va a ser en el piso de arriba, en la cabeza, al lado del
hipotálamo, allí pregunte usted por "migraña".

¡Oye... y llega! A mí me preguntan dónde está el hipotálamo, y... ¡Ni de coña!
¡Las pastillas son la leche!
Las que más me gustan son las blancas, son tan sobrias, no sé...
parece como que curan más.
Las cápsulas las encuentro frívolas... me dan la impresión de que son
demasiado chillonas... ¿verdad? Siempre me pregunto, ¿para qué
gastarán en ponerles colorines a las cápsulas si en el estómago no
tenemos ojos? Que se fijen en los supositorios: a nadie se le ha
ocurrido hacerlos de colores, como los helados... Todo el mundo sabe
que por muchos colorines que les pongan... con el tercer ojo no se
pueden leer novelas.

Además, hay enfermedades en las que se toman medicamentos riquísimos.
Los constipados, por ejemplo. ¡Lo jarabes de los constipados están de
muerte! Yo creo que en invierno deberían servirlos en los bares:
- ¡Ponme un chupito de Bisolvon... y un expectorante pa' todos, que un
día es un día!

¿Y las Aspirinas infantiles? ¡Están mejor que los caramelos!
Lo que no entiendo es por qué a las de adultos les cambian de sabor.

Otra cosa que no entiendo: ¿quién les pone los nombres a los medicamentos?
Para mí que son dos tíos: uno que tiene las ideas muy claras y les
pone a los medicamentos nombres que te dan pistas de para qué sirven:
Peusek, Evacuol, Mucosán...
Y otro tío que va de creativo y se inventa marcas como Seroxat,
Clamoxyl, Atarax, Augmentine... Que, claro, uno se pregunta: -¿Qué
aumenta el Augmentine? -¿Se vende junto con la Viagra? Si es que son
ganas de complicar las cosas....
El bicarbonato por ejemplo, ¿por qué no le llaman Eructol?...
O los supositorios, ¿por qué no se llaman Son-pal-cul?...
Y, ya puestos, al Hemoal que le llamen Almorranón.
Otra cosa que me encanta de los medicamentos es el prospecto. A veces
con sólo leerlo y ver la cantidad de cosas que cura, ya me siento
mejor.
Bueno, menos con los prospectos de los tranquilizantes. Porque te
pones a leer los efectos secundarios y... "Este medicamento le puede
producir mareos, temblor, cefalea, insomnio con ansiedad y depresión,
visión borrosa, sequedad en la boca, estreñimiento, taquicardia..."
Pero, ¿cómo puede eso tranquilizar a alguien?

Bueno, y si nos ponemos a criticar... Hay un medicamento que a mí me
ponen muy nervioso: Las gotas, por ejemplo. No se conoce a nadie que
haya conseguido echarse el número de gotas que le dice el médico.
Porque, ¿cómo lo haces? Tienes la cabeza de lado, el cuentagotas
arriba... Y ahora... ¿Cómo cuentas las gotas?
Al final acabas:- Uno, dos, tres chorro, cinco, seis, chorro... doce...

Eso sí, cuando uno está realmente mal, no hay nada como las inyecciones.
Lo que pasa es que da un poquitin.. de miedo.
Yo además tengo la mala suerte de que siempre que voy a pincharme, me
toca el 'practicante'; o sea, ¡el que quiere practicar con mi culo!
¡Joder, si quiere practicar, que practique con el culo de su padre, y
luego que venga!
Lo que pasa es que como estás muy mal, dices: "Vamos pa'adelante",
...  te bajas los pantalones ... el tío se pone a tu espalda ... Y no
hace ruido. ¿Qué estará haciendo?
¿Se habrá ido? No, porque de pronto te dice... - Relaje la nalga...
¿Como que relaje la nalga?
Mire usted, yo con el culo al aire y un tío por detrás... ¡No me relajo nunca!
Aunque, no nos engañemos: Duele, pero un jeringazo es mano de santo.

Y es que los medicamentos te hacen la vida más fácil.
En fin, que... ¿Saben lo que les digo?
Que en vez de dejar de tomar medicinas, lo que voy a hacer es dejar de
ir al médico.


Y así me tomo lo que quiero...



4 comentarios:

Julia Zapata dijo...

Está buenísimo Miren. Me he reido, ya que más de uno seguro se siente bastante identificado con el monólogo.
Gracias por estas risas, que faltan hacen. :)

Besos.

caringcaring dijo...

Gracias Julia, me alegro de tus risas, otro día más. Es una forma de suavizar estos tiempos diferentes…
Un beso.

Virginia Oviedo dijo...

¡Buenísimo, Miren! me he reído hasta las lágrimas sin necesidad de las gotas y por cierto, hoy me olvido de las pastillas.
Creo que todos nos habremos identificado con tu relato ¿Quien no toma pastillas para algo? Yo, para el dolor de cabeza que por cierto mi estómago la debe rechazar, ¡pero el dolor me lo quita! así que la pastillita sortea todo obstáculo y va donde debe ir.
También, abusamos de los medicamentos - esto en plan serio - y lo que hace bien para una cosa, te fastidia otra que en muchas ocasiones se termina mal.
Aunque con la que está cayendo, la compra de medicamentos estará racionada a lo que buenamente los bolsillos lo permitan.
¡Vaya, que caos!
Un beso guapa y gracias por alegrarnos el día.

caringcaring dijo...

Gracias Virginia, me alegro de tus risas, otro día más.
Es una forma de suavizar estos tiempos diferentes…
Un beso.