miércoles, 7 de julio de 2010

“El cambio de lugar”

La otra tarde Nagore se encontró de forma casual con la Sra. Celia, esperando en el rellano al ascensor , Nagore, una de las vecinas de los pisos altos, suele coincidir muy poco con ella, no obstante, siempre que la ve le dice alguna cosilla, la Sra. Celia, una mujer encantadora, hace unas semanas la enseño hacer algo de ganchillo y la arreglo unos pantalones, ella entre los jóvenes se siente muy a gusto; Nagore,la comento que la veía muy guapa, con un tono de piel diferente y con un aire muy veraniego, ella la respondió con una sonrisa espectacular , la explico que ,había estado fuera , se lo había pasado fenomenal, un cambio de aires siempre era positivo, había pasado casi un mes cerca de la playa con un tiempo esplendido y por eso no la había visto.
La Sra. Celia la pregunto a Nagore, ¿imagino qué te irás pronto?, ahora te toca a ti, Nagore la explico que, este verano tenía trabajo, la situación era complicada y debía conformarse con alguna salida corta de fin de semana, no obstante, iba a  realizar unas actividades distendidas y al menos algunos días tendría un horario bueno....., ella la respondió, entonces ya nos veremos…….
Entretanto llego su vecino atento, Igor, el que siempre la presta su ayuda, también la comento que la veía hasta más joven, aunque su muleta era la misma, la Sra. Celia estaba feliz, la respondió que se había encontrado las plantas muy cuidadas y la casa bastante en orden, su sobrina había estado algún día en su casa.
Hizo referencia a la plantita tan txikita que estuvo cuidando con jeringa, aquella que, le echaba el agua gota a gota, con aguja, como si de un gotero se tratara, había crecido y hasta ella misma estaba sorprendida, Igor quiso verla y ella muy amablemente se la enseño, le comentaba que parecía como si la estuviesen estirando hacia arriba, el crecimiento era espectacular y tampoco había pasado tanto tiempo.
Estuvieron un rato charlando en su casa, antes de que se fuera , le pregunto por sus exámenes, Igor, le respondió que había finalizado todo con buenas notas, le quedaban pocos días para irse de vacaciones,  debía aprovechar, igual en otra ocasión le tocaba trabajar, se marchaba a Ibiza, había quedado con su cuadrilla , tenían previsto pasarlo bomba, iban a estar 10 días a tope, ella le recomendó que se divirtieran mucho porque la vida pasa rápido y los años pesan, sonrisas por parte de ambos, se despidieron hasta su vuelta.
La Sra. Celia se quedo en su casa, con sus pensamientos, puso la radio e hizo algunas cosillas en la cocina, tenía pendiente limpiar unos chipirones que había comprado a la mañana, le apeteció ponerlos rellenos en su tinta, le encantaba la cocina y aunque fuera para ella sola procuraba hacerlo para dos días,  planificaba bastante bien sus comidas, comía con precaución y en verano siempre eran más livianas.
Ella estaba inmersa en lo que debía hacer al día siguiente, tenía que ir a reservar el billete para irse a la playa de excursión, ese fin de semana también saldría de su entorno y se iria hacia la costa, adoraba el mar y le encantaba dar pequeños paseos por la orilla, que le rompa la ola en las pantorrillas, sabia que un poco para sus piernas era conveniente, así se lo indicaba siempre su médico de cabecera; antes de irse de viaje ya paso por la consulta y se preparo casi para todo el verano, hasta octubre no le tocaban los controles, con lo cual estaba tranquila, ella cuidaba de su tensión y procuraba tomar siempre la medicación, así como dar paseos.
Miren E. Palacios
Bilbao, a 7 de Julio del 2010

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