jueves, 1 de julio de 2010

Pinceladas “La diabetes y los Pies”

Hoy en día se calcula que entre un 5 y un 15 % de los pacientes diabéticos pueden necesitar la amputación de un pie, una pierna o de algunos de los dedos del pie para poder sobrevivir.
Así se estima que un porcentaje relativamente elevado de las amputaciones realizadas en nuestro país son en pacientes diabéticos.
La prevención es importantísima y es necesario examinarse las plantas de los pies a diario para detectar de esta manera la aparición de alguna herida.
Además en muchas ocasiones las pequeñas úlceras en las plantas de los pies no provocan dolor, con lo cual es más fácil que se produzca una infección que derive en gangrena. La causa de las amputaciones está relacionada con un problema arterial. Los vasos se hacen pequeños y la pared de la arteria pierde permeabilidad.
La falta de oxigeno en los tejidos propicia que cualquier herida se complique de forma muy rápida y que, si no se detecta a tiempo, se tenga que recurrir a la amputación.
Para evitar este tipo de complicaciones es recomendable prestar especial atención cuando por las noches se sufren calambres en las piernas, o los pies se quedan fríos, o cuando al caminar se siente tanto dolor que se debe interrumpir el paso, así como en todos aquellos casos en los que se detecte alteraciones de sensibilidad o roces en los pies. Si además se es diabético también hay que prestar mucha atención ante callosidades, incrustaciones de una uña, o cualquier otra alteración similar.
Una persona enferma de diabetes debe ser minuciosa a la hora de escoger tanto el calzado como los calcetines que usa. Éstos últimos deben ser de un material que no cause irritaciones a la vez  que no comprima la pierna. En lo que se refiere al calzado, la suela tiene que ser muy blanda, como un colchón, y no deben existir costuras en el interior del zapato. La persona debe poder mover los dedos del pie con total libertad.
Finalmente, cada vez que la persona se descalce deberá comprobar que no hay ninguna herida ni micosis en la planta del pie ya que, recordemos, esas son las puertas de entrada de las infecciones que pueden acabar siendo un problema mas grave, como la gangrena.

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