viernes, 18 de febrero de 2011

Esa ausencia de memoria.

Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa. De todos modos volverá a preguntar dentro de unos días, la  Sra. García siempre se acercaba con tono suave a la misma ventanilla de la oficina de banco cercana a su residencia, de su bolso sacaba un recibo amarillento y en su rostro reflejaba la incertidumbre de la ausencia de memoria.
Volvía de vez en cuando como si con ello buscará algo, le encantaba pasar un rato con los empleados, además de atenderla amablemente siempre salía con variados caramelos entre sus manos.

Miren E. Palacios

Bilbao, 4 de Febrero del 2011


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