Todo el mundo sabía que era una mujer bala, lo que no podían imaginar es que se tratara de alguien cercano, su comportamiento la delataba aunque su vestimenta ambigua dejaba bastante que desear.
Siempre mostraba su lado más canino, era como si se tuviera de forma constante un espía, su sombra merodeaba por aquellas colinas, observaba y sus movimientos rápidos permitían tener la respuesta.
Al cabo de unos días fue sencillo echar el guante al atracador que una vez más había dado esquinazo a la policía.
Miren E. Palacios
Bilbao, a 14 de Enero del 2011
Siempre mostraba su lado más canino, era como si se tuviera de forma constante un espía, su sombra merodeaba por aquellas colinas, observaba y sus movimientos rápidos permitían tener la respuesta.
Al cabo de unos días fue sencillo echar el guante al atracador que una vez más había dado esquinazo a la policía.
Miren E. Palacios
Bilbao, a 14 de Enero del 2011
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