La obesidad ha sido declarada por la OMS como la epidemia del siglo XXI, debido a la alta prevalencia a nivel mundial, es por tanto que si emperezamos a concienciarnos desde cuando nace un niño igual logramos que tenga cifras más bajas que las actuales.
Sabemos que, existe una predisposición genética dado que la herencia juega un papel importante en la obesidad en las edades tempranas, al igual que la alta ingesta calórica y el bajo gasto energético. ¿Qué podemos hacer además desde nuestro nivel cuando tengamos un niño?:
- Prolongar la lactancia materna todo lo que sea posible, ya que según los expertos se ha demostrado que juega un papel protector en el desarrollo de la obesidad infantil.
- Fomentar la alimentación variada y equilibrada rica en frutas y verduras.
- Insistir en que el niño realice cinco comidas al día, desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
- Huir del picoteo entre horas, principalmente de la bollería industrial, golosinas o productos de pastelería.
- Servir una cantidad moderada de comida, en plato pequeño. Los niños no deben comer raciones de adultos.
- Utilizar técnicas de cocción que requieran poca grasa(al vapor, a la plancha, al horno, en lugar de frituras y estofados).
- Evitar comer con la televisión encendida o mientras se realizan otras actividades.
- No utilizar los alimentos como premio, castigo o consolación.
- Seleccionar los lácteos semidesnatados, a partir de los cinco años
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